lunes, 2 de mayo de 2016

El descubrimiento de América y el fin del mundo

El descubrimiento de América constituyó para Occidente una fuente de inspiración utópica. El Nuevo Mundo fue entendido como una imagen opuesta a la vieja Europa. La colonización ultramarina se realizó bajo el apremio del final de los tiempos.  Los reyes españoles se consideraban gobernantes consagrados, mesiánicos, Ellos habían sido llamados a lograr la conversión final de judíos, musulmanes y paganos, evento que precedería al fin del mundo. Los viajes de Colón fueron percibidos a partir de una visión milenarista y apocalíptica. Los españoles eran el nuevo pueblo elegido y su soberano era el rey salvífico. El descubrimiento de América sería una cruzada, la última cruzada para salvar a la humanidad.
El año del descubrimiento de América fue el año 7000 del calendario bizantino. Este contabilizaba el tiempo a partir de la creación del mundo. Las profecías del Pseudo-Metodio afirmaba que el fin del mundo ocurriría tras la caída del Imperio cristiano, ocurrida 39 años antes. La Roma cristiana sería rescatada por el emperador de los últimos tiempos. Su reinado sería interrumpido por la llegada del Anticristo.
Colon siempre tuvo presente el sentido mesiánico y escatológico de sus viajes. Colón creía que Dios había mantenido oculto el Nuevo Mundo como parte de su plan salvífico y apareció ante sus ojos como una imagen del Paraíso terrenal. Apoyándose en los cálculos de Alfonso X. Los cristianos de la baja Edad media vivían esperando el fin del mundo, convencidos por la interpretación septenial que hizo san Agustín:
Mas, amados, no ignoréis esto: Que un día delante del Señor es como mil años, y mil años como un día (2 Pedro 3:8)
Según esta interpretación el mundo duraría 6000 años antes de la Segunda Venida y el Reino Milenario. Ambos sumarían 7000 años, igualados a los siete días de la Creación.
Los miembros de las Ordenes mendicantes fueron los primeros en comprender la importancia del descubrimiento de América para el desarrollo de la historia universal. Los franciscanos observantes habían llegado a México en 1524, bajo la dirección de Martín de Valencia. Ellos sentían inminente la realización de la profecía anunciada en el Evangelio de Mateo. El descubrimiento del Nuevo Mundo significaba la llegada del Milenio, cuando la humanidad se reuniría en un solo pueblo cristiano.
Los dominicos también emprendieron la evangelización de América como una nueva fundación de la Iglesia. La primera comunidad dominica, encabeza por Pedro de Córdoba, definió su modelo misionero tempranamente y los expuso, por voz de Antonio de Montesinos, en el sermón de Adviento de 1511: