viernes, 20 de diciembre de 2013

Los Andes y la herejía

Flores empleó la utopía andina como una concepción del mundo en la cual ubicar e interpretar a Garcilaso, Guamán Poma, Túpac Amaru, los indigenistas, Mariátegui, Arguedas. La utopía andina era una herramienta de comprensión, pero condujo a interpretar la historia del Perú de forma apocalíptica. La reiteración por Joaquín de Fiore revelaba una creencia propia de Flores Galindo en el carácter religioso de la práctica política andina y en el carácter dual de la historia peruana. La Europa de la Baja Edad Media que vivía espantada por la muerte y la enfermedad reaparecía en los Andes. Por esta razón Flores escribió Tiempo de plagas. El resaltaba siempre el conflicto que existía entre oprimidos y opresores que ya había desarrollado Mariátegui en Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana
La dualidad de la historia y del alma peruanas, en nuestra época, se precisa como un conflicto entre la forma histórica que se elabora en la costa y el sentimiento indígena que sobrevive en la sierra hondamente enraizado en la naturaleza. El Perú actual es una formación costera. La actual peruanidad se ha sedimentado en la tierra baja. Ni el español ni el criollo supieron ni pudieron conquistar los Andes. (p. 183)
La utopía andina fue un proyecto en contra de la realidad establecida por el orden colonial y proseguida por la República criolla. Buscaba responder a la pregunta por sí mismo del hombre andino recurriendo a la memoria del pasado. Buscaba en el pasado el sustento del presente y del futuro del hombre andino. Flores Galindo intentaba repensar el pasado. Se planteó que las prácticas del mundo andino eran una solución a los problemas actuales. En cierto modo, Flores Galindo creía que el vínculo del Perú actual con su pasado prehispánico era riguroso y actual, algo que no podría decir un europeo. El vínculo de un europeo con su pasado difícilmente podía alcanzar ese mundo previo a la cristianización.
La utopía andina también puede ser entendida de forma similar a las herejías medievales, una apuesta por los oprimidos después la invasión europea. La represión de lo andino siempre tuvo un marcado carácter católico. Esta herejía no fue combatida por los españoles como tal. Estos utópicos fueron luchadores antes de la formación de las clases sociales.
Ya sabemos que en España esta llamarada espiritual… contaba, para reavivar su fuerza, con la lucha contra la herejía, contra la Reforma. Allá podía ser todavía, por algún tiempo, vivo y enérgico resplandor. aquí, fácilmente superpuesto el culto católico al sentimiento pagano de los indios, el catolicismo perdió su vigor moral. (p. 160)
Los cristianos medievales entendían por milenio el periodo de mil años de felicidad en el mundo del reino mesiánico surgido con la llegada de Jesucristo. El milenarismo fue la doctrina basada en la creencia en el Milenio y la esperanza de su realización. La posición oficial de la Iglesia Católica fue enunciada por San Agustín, quien afirmó que el Milenio se realizó plenamente en la Iglesia. Sin embargo, en los inicios del cristianismo se aceptó una interpretación del Milenio absolutamente literal. Los cristianos del milenio tenían plena seguridad en que la Parusía era inminente. Hacia el año 1000 apareció el mal de los ardientes, se presentaron hambrunas devastadoras, señales en el cielo, apariciones del demonio, se estableció la unción de los enfermos y el día de los Fieles Difuntos. Los pecados fueron reconocidos como la causa de todas las desgracias y aceptó que sólo el arrepentimiento, la penitencia y la súplica podían salvar a la humanidad.
Flores interpretó el milenarismo medieval como una utopía popular. El milenarismo ofrecía a los pobres una salvación y se convirtió en el sustento de las revueltas y rebeliones campesinas. Flores anotaba que existió también una corriente apocalíptica elitista que optó por el ejercicio de la piedad y la mortificación del cuerpo como un medio de acercarse a lo divino.
También Flores, al igual que Mariátegui, tomó el modelo de las Cruzadas para describir la Conquista de los Andes. Al igual que Huizinga, Flores analizó las ideas, los sueños, las imágenes, las formas con las que se manifestaba la gente de la baja Edad Media para entender el mundo andino. Por ello, Buscando un inca desarrolló un estilo claramente literario y por momentos poético, que en oportunidades se volvía un alegato. Estudió la idealización de un tiempo para desarrollar una historia de mentalidades en los Andes. Esto era relevante si se tiene en cuenta que los españoles que llegaron a América vivían el otoño de la Edad Media. Los mesianismos milenaristas se desarrollaron plenamente en el siglo XII. En esta época el proletariado urbano estaba en crecimiento, sobre todo en Italia, los Países Bajos y partes de Francia. La natalidad europea era alta y la población creció. También creció la brecha que existía entre los ricos y los pobres. Todas estas circunstancias crearon las condiciones  propicias para los movimientos heréticos, como los de Tanquelmo y de Eudes de la Estrella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario